Resumen:
En los últimos años las economías latinoamericanas han regresado a un modelo primario exportador de productos con escaso valor agregado, alto endeudamiento (en muchos casos impagable), ausencia de soberanía nacional y retroceso epocal en el campo de los derechos sociales, abandonando la expectativa de generalizar el trabajo asalariado como principio de integración social. En la fase actual de financiarización del capital, mientras las grandes potencias entran en una pugna proteccionista, el poder global impone el libre mercado a los países más débiles, preparándose para resolver la inevitable conflictividad social con la militarización de la periferia. El artículo propone potenciar la Economía Popular mediante una acción compleja, sistémica, cultural y política, abriendo otras formas de relación social, otras formas de ser consumidor y productor, otros modos de formación de las identidades, recuperando el valor de lo colectivo, lo democrático y lo comunitario. Este llamado a emprender solidariamente no debe confundirse con el discurso emprendedorista individualizante propio del neoliberalismo, y quienes actúan en nombre de una economía social y solidaria tampoco pueden reducirse a la promoción de microemprendimientos mercantiles autogestionados. En lo económico y en lo político, se trata de ganar en autarquía sostenible, construyendo un archipiélago de territorios sociales, solidarios, complementarios, autogestionarios y libres de neoliberalismo".