Mauricio Macri, jefe de la alianza Cambiemos, asumió la presidencia en Argentina en diciembre de 2015 luego de una reñida contienda electoral en la que ganó, en segunda vuelta, por dos puntos porcentuales. Durante la campaña electoral, el discurso de Macri giró en torno a la promesa de que, durante su presidencia, se mantendrían las políticas de los doce años de kirchnerismo que habían funcionado, y que se modificarían aquellas que no. Poco se habló de políticas específicas, pero no se privó de grandes enunciados como la implementación de un programa de “pobreza cero”. Una vez en el poder, Macri implementó un programa de fuerte contenido neoliberal, eliminando impuestos a los sectores económicos más concentrados, desregulando las tarifas de los servicios públicos, transporte público y combustibles, y liberalizando la cuenta de capital. Adicionalmente, se implementó una política monetaria de metas de inflación y flotación librecambiaria abandonando las metas cuantitativas y flotación administrada de la era kirchnerista. La justificación de estas medidas fue que la economía, librada de las restricciones e intromisiones del Estado, crecería motorizada por una “lluvia de inversiones”, y que la creación de empleo resultante sacaría a todos y a todas de la pobreza. Sin embargo, a dos años y medio de haber asumido, el gobierno de Macri tuvo que enfrentar una crisis financiera causada por una corrida cambiaria en las semanas anteriores a un fuerte vencimiento de Letras del Banco Central (Lebac).1 Para tranquilizar a “los mercados” y evitar una corrida aún mayor, Macri solicitó iniciar negociaciones para un crédito stand-by del FMI. A continuación, se desarrollan algunas explicaciones acerca de las causas estructurales y coyunturales de la crisis. En el apartado siguiente reseñamos los principales cambios en materia regulatoria desde que asumió el gobierno de Macri. A continuación, analizamos el impacto de los cambios regulatorios sobre el problema de la restricción externa y las contradicciones que se generaron en materia de las políticas monetaria y cambiaria. El trabajo concluye señalando algunos de los problemas que deberá enfrentar Argentina en el corto y mediano plazo.
Mauricio Macri, head of the Cambiemos alliance, assumed the presidency in Argentina in December 2015 after a close electoral race in which he won, in the second round, by two percentage points. During the election campaign, Macri's discourse revolved around the promise that, during his presidency, the policies of the twelve years of Kirchnerism that had worked would be maintained, and those that had not would be modified. Little was said about specific policies, but there was no shortage of grand statements such as the implementation of a “zero poverty” program. Once in power, Macri implemented a program with a strong neoliberal content, eliminating taxes to the most concentrated economic sectors, deregulating the tariffs of public services, public transportation and fuels, and liberalizing the capital account. Additionally, a monetary policy of inflation targets and free floating exchange rate was implemented, abandoning the quantitative targets and managed floating of the Kirchnerist era. The justification for these measures was that the economy, freed from the restrictions and interference of the State, would grow driven by a “rain of investments”, and that the resulting job creation would lift everyone out of poverty. However, two and a half years after taking office, Macri's government had to face a financial crisis caused by a foreign exchange run in the weeks prior to a heavy maturity of Central Bank Bills.
Mauricio Macri, líder da aliança Cambiemos, tornou-se presidente da Argentina em dezembro de 2015, após uma renhida segunda volta eleitoral em que venceu por dois pontos percentuais. Durante a campanha eleitoral, o discurso de Macri girou em torno da promessa de que, durante a sua presidência, as políticas dos doze anos de Kirchnerismo que tinham funcionado seriam mantidas, e as que não tinham funcionado seriam modificadas. Pouco foi dito sobre políticas específicas, mas não faltaram declarações grandiosas, como a implementação de um programa de “pobreza zero”. Uma vez no poder, Macri implementou um programa de forte conteúdo neoliberal, eliminando os impostos sobre os sectores económicos mais concentrados, desregulamentando as tarifas dos serviços públicos, dos transportes públicos e dos combustíveis, e liberalizando a conta de capitais. Além disso, foi implementada uma política monetária de objectivos de inflação e de livre flutuação, abandonando os objectivos quantitativos e a flutuação controlada da era Kirchner. A justificação para estas medidas era que a economia, liberta das restrições e da interferência do Estado, cresceria, impulsionada por uma “chuva de investimentos”, e que a criação de emprego daí resultante tiraria todos da pobreza. No entanto, dois anos e meio após a tomada de posse, o governo de Macri teve de enfrentar uma crise financeira causada por uma corrida às divisas nas semanas anteriores a um grande vencimento de títulos do Banco Central.